Una pandilla de atléticos
gañanes negros es detenida por la policía, y como son muchos uno de ellos es
colocado en otra celda, donde sólo está un chico blanco de apariencia más débil
y al cual trata de avasallar para divertirse e impresionar a sus amigos. Pero
el tío blanco no sólo le replica sino que le controla, le desviste, le arroja
sobre la colchoneta y le penetra, robándole su hombría a fuerza de cogidas,
cosa evidente cuando gime y grita de gusto, sin importarle, o no pudiendo
evitarlo a pesar de quedar a la vista de cualquiera que pasara frente a la
celda, o peor, con sus compinches al lado, que no pueden creerse que se haya
vuelto tan puto tan rápido, todos ellos calientes de “ira”, deseando
“castigarle” duramente y a fondo… ese culo.
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