A Gabriel su mujer le echó una vaina. Como sabía que él se acostaba con todas sus amigas, frecuentó a esta, a quien el gañán también llevó a un hotel, comentándole ella entre risitas que tenía una sorpresita para él. ¡Y vaya sorpresa! Nada chica por cierto.
El problema ahora es que al Gabriel… vaya a gustarle la vaina.
J
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